¿Sabías que podrías disminuir los procesos de trabajo de tu empresa por medio de API?

Exponentia||Software|2 minutos de lectura

Interfaz de programación de aplicaciones (API)

Una API (Application Programming Interface) es un software que permite conectar dos o más aplicaciones entre sí. Existen APIs para prácticamente todo: obtener información meteorológica, procesamiento de pagos, calcular distancias entre dos puntos, etc. En Exponentia, por ejemplo, hemos desarrollado una API para procesar documentos, mediante inteligencia artificial, como contratos, albaranes, notas simples etc. e integrarlos automáticamente con diferentes ERPs.

Este software ofrece unos servicios o funcionalidades que cualquier desarrollador puede utilizar. Quien consume estos servicios no necesariamente tiene que conocer cómo funciona internamente. Únicamente serán proporcionados los parámetros que la API necesite, indicados en su documentación. Se podría entender como una forma de poder extraer o introducir datos en sistemas independientes de forma automática.

Existen APIs para prácticamente todo

Toda esta oferta genera oportunidades de integración con terceros, y de este modo aportar valor añadido a tus servicios. Además, reduce el tiempo en el que tu código llega a producción. Depende del tamaño del equipo y sus capacidades, pero en la mayoría de escenarios integrar una API existente es más rápido que desarrollar el servicio desde cero.

Otra ventaja de diseñar tu sistema en APIs es la posible futura monetización. Gracias a esto un servicio que pudo ser ideado para resolver un problema interno de una empresa, puede ser utilizado por terceros. El modelo de negocio es muy sencillo, se factura en función del número de llamadas realizadas a la API. El software permite la correcta autenticación y monitorización del uso de un cliente.

Diagrama de funcionamiento API

¿Qué ventajas tiene monetizar una API?

Lo primero que hay que mencionar es que existen APIs que son desarrolladas por la comunidad y no son de pago. Este repositorio ofrece un gran listado de APIs públicas, como por ejemplo la del Instituto de Arte de Chicago que expone los datos de sus obras.

Por otra parte, las empresas que orientan su negocio al consumo de sus servicios vía API ha crecido en los últimos años. Según Forbes, cerca del 40% de las grandes empresas tienen más de 250 APIs. Pese a que se pueda considerar un ecosistema en etapa de madurez, sigue aportando valor y esto es respaldado por la inversión recibida. Tan solo en 2020, se invirtieron más de 2 mil millones de euros en empresas con core en su API.

¿Cuál es el modelo de negocio?

La forma en la que estas empresas facturan es por el uso de su API. Si bien es cierto que se suelen generar diferentes niveles: nivel básico, nivel intermedio y nivel profesional. El precio de éstos hace frente a los gastos de capacidad y recursos que se están empleando.

Según el nivel que contrates, el precio será más o menos. Sin embargo el factor de cambio de un nivel a otro, será el número de peticiones necesarias. Por lo que tiene sentido que si utilizas más un servicio, acabes pagando más por él.

Para el proveedor es muy cómodo, pues la funcionalidad de su servicio ya está implementada. El retorno que puede tener es muy alto, ya que si la infraestructura está bien diseñada, ésta permite un gran escalado y por ende, permite ofrecer el servicio a millones de usuarios.

Además es una manera de fidelizar a posibles clientes de otros servicios que ofrezca la empresa. Así también como una forma en la que das tu marca a conocer a posibles clientes potenciales.

Para el consumidor o cliente de la API, es una manera justa de externalizar parte de tu negocio. Se reduce el tiempo en el que puedes obtener ciertos datos, que de otra manera aumentarías el tiempo en el que recopilas, ordenas, tratas y expones los datos.